Un bebé de cinco meses, identificado como Neimar Francisco Valdés Pérez, perdió la vida este lunes en el barrio de El Cerro, en La Habana, después de que un muro colapsara por las intensas lluvias y la corriente de agua lo arrebatara de los brazos de su madre.
La tragedia fue narrada a este medio por una tía del pequeño, quien presenció parte del suceso.
“Fue impresionante, en segundos. No nos dio tiempo a nada. El muro, que dividía las casas de un taller, colapsó y se vino abajo. El agua entró para todas las casas. A mí me dio tiempo a sacar a mi bebé, pero a mi cuñada no le dio tiempo a sacar a mi sobrinito de cinco meses”, dijo Karen Rodríguez Dueñas.
“Cuando los rescatistas lo lograron sacar de detrás de la puerta le dieron los primeros auxilios y llegó respirando al hospital pero falleció”, añadió visiblemente emocionada.
El cuerpo del menor fue velado en la funeraria La Nacional, desde donde salió el cortejo fúnebre a las 8:20 de la mañana del martes, reportó el diario 14ymedio.
Las autoridades no han emitido información oficial sobre lo ocurrido, enfrascadas en celebraciones por el aniversario del natalicio del dictador Fidel Castro.
Uno de los bomberos que participó en el rescate, identificado en redes sociales como Enmanuel Díaz Rodríguez, escribió un emotivo mensaje en Facebook: “Vuela alto pequeño, te sacamos con vida pero no lograste sobrevivir. No sabes cómo nos sentimos los bomberos que te sacamos”. Sus palabras recibieron decenas de mensajes de condolencias y críticas por las condiciones de deterioro que provocaron la tragedia.
Vecinos de la zona aseguran que la fuerza del agua arrastró no solo al niño, sino también a la madre, que tardó unos segundos en recuperarse y darse cuenta de que el pequeño ya no estaba. Tras encontrarlo, le practicaron maniobras de reanimación y, según testigos, el bebé abrió los ojos antes de ser trasladado al hospital, donde finalmente murió.
La escena al amanecer del martes mostraba la magnitud de la tormenta: muebles destruidos y regados por las calles, paredes derribadas y escombros amontonados.
El Cerro, uno de los municipios con edificaciones más antiguas y deterioradas de la capital, sufre cada temporada de lluvias un alto riesgo de colapsos e inundaciones debido a la falta de mantenimiento y a un sistema de drenaje deficiente.
En La Habana, las lluvias intensas provocan inundaciones repentinas, sobre todo en zonas bajas y con alcantarillado obstruido por basura. En cuestión de minutos, las calles pueden convertirse en ríos peligrosos, como ocurrió en esta ocasión. Pese a las denuncias vecinales sobre filtraciones, grietas y paredes a punto de derrumbarse, las reparaciones suelen demorarse indefinidamente.
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